El encuentro con Dios se produce en la historia, puesto que el hombre existe en la historia. Por eso los acontecimientos que van jalonando la historia humana son oportunidades para llevar a cabo el encuentro salvador con Dios.
Un retiro es una de esas ocasiones de gracia:
es la oportunidad de salir a la búsqueda de Dios. Pero de una manera muy diferente de la que tiene el estudioso, el investigador, que corre tras una idea o una teorÃa interesante. Tenemos que buscar a Dios como el niño pequeño busca el regazo seguro y cálido de la madre.
Para ello, buscamos un tiempo holgado para dedicarnos a orar, aislándonos lo más posible de preocupaciones y agobios, y consagrando uno o varios dÃas a la intimidad con Dios.

La oración en el tiempo de retiro debe permitirnos descansar en Dios, recrearnos en él, dejarnos caer en sus brazos para recuperar las fuerzas, para encontrar luz, aliviar las heridas del camino y seguir viviendo, luchando con la energÃa y el gozo que Dios infunde en nuestros corazones por medio del EspÃritu Santo.
Es un ambiente de recogimiento.
Podemos buscar las referencias evangélicas concretas que orientan la vida para que se desarrolle según el plan personal que Dios tiene para cada uno de nosotros, entrando en el camino de la fidelidad al seguimiento de Jesucristo.
La materia de oración que ofrecemos aquà para alimentar espiritualmente este encuentro con el Señor se apoya en su Palabra y trata de llevarnos a profundizar, en clave de oración, en los fundamentos de nuestra fe, haciéndolos claros y explÃcitos. Son cosas que por sabidas no son menos importantes y dignas de considerar.
El clima básico del Retiro es el silencio, tanto en lo exterior como en lo interior. Es posible que nos cueste conservar el silencio porque llegamos de una vida llena de ruido; pero no debemos desanimarnos si cuesta, confiando en que merece la pena hacer el esfuerzo por silenciar palabras y pensamientos ociosos porque el fruto que nos ofrece compensa con creces el trabajo realizado. Por eso, y en la medida en que sea posible, durante todo el tiempo de retiro no se hablará con nadie, salvo verdadera necesidad.
